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Presentación
En vida y tras su prematura muerte en 1940, el interés por la persona y el arte de Silvestre Revueltas se mantuvo siempre vivo. Así lo atestiguan no sólo compositores, poetas, literatos, y cronistas, quienes con sus palabras lo han retenido en nuestra memoria. También, y sobre todo, las grabaciones de directores de la talla de Leopold Stokowsky, Erich Kleiber, Ernest Ansermet, Leonard Bernstein, Eduardo Mata y Esa-Peka Salonen lo preservan en nuestro oído.
Sin embargo, en lo que toca a la biografía del compositor y a la interpretación musicológica de su obra, salvo honrosas excepciones, el relato fue más bien superficial: por largo tiempo figuró sólo de manera tangencial en crónicas de tono rapsódico, menciones enciclopédicas siempre breves y reiterativas, artículos esporádicos (casi siempre coincidentes con los aniversarios correspondientes), reediciones de algunos escritos y cartas del compositor, y panegíricos de tono solemne.Dos fenómenos han logrado romper el círculo vicioso que impedía un conocimiento más profundo de este compositor: por un lado, el desarroll o reciente de una cultura de reflexión sistemática, sustentadaen nuevos marcos teóricos y fertilizada por la multiplicación
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de perspectivasposibles que es característica de nuestro tiempo, y por otro, la gradual apertura de las exégesis eurocéntricas hacia la creación en otras latitudes. Hoy contamos con una biografía rigurosa y una catalogación sistemática de sus obras. En Europa, Estados Unidos y México las tesis doctorales y de maestría sobre la música de Revueltas superan ya la docena, con varias más en el tintero. Crece poco a poco el número de libros dedicados enteramente a su música. Investigaciones que actualizan su conocimiento no son ya excepcionales en el marco de congresos nacionales e internacionales. Estos avances se han topado, sin embargo, con serios problemas en el terreno de su difusión e intercambio. Por un lado, el ámbito hispanoamericano carece de publicaciones periódicas suficientes en número y especialización para dar cabida a los ensayos recientes. Por el otro (pero relacionado con el anterior), la política cultural de un mundo regido prioritariamente por intereses económicos no contribuye al desarrollo y fomento de la investigación humanística. En consecuencia, los libros que llegan a publicarse lo hacen con notorio retraso y suelen tener escasa trascendencia geográfica.
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