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¿La creación de nuestros músicos fue sólo producto de
una
preocupación personal? ¿O, como se ha repetido una y otra
vez, fruto de
la Revolución mexicana? ¿No fue el arte de
Chávez y Revueltas parte
del eco derivado del espíritu de
identidad que recorría América
desde el siglo xix? Si a
México habían llegado los aires de la
revolución socialista
de 1917, del nuevo orden cultural de la posguerra
del 18, de
los movimientos artísticos renovadores de los años veinte,
si
había recibido el impacto de los postulados socialistas
que
desde fines del siglo XIX recorrían el mundo propugnando no
sólo la
creación de una sociedad nueva, sino también de
nuevas relaciones
entre los hombres y de un arte nuevo que
expresara nuevos
contenidos, ¿no llegaron las noticias del
quehacer de numerosos compositores
empeñados en lo mismo que
Chávez primero, y Revueltas luego,
impulsaron en México?
Algunos elementos determinantes para la definición
de lo
americano, como el reconocimiento de "lo criollo" en la
obra
de Ricardo Rojas, [13] la
postura antiimperialista e
indoamericana de Haya de la Torre (entre
otras cosas
reafirmada en México en sus años como secretario personal
de
Vasconcelos) y José Carlos Mariátegui, [14]
la revaloración
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de la cultura popular en la obra de Mario de Andrade, [15] la
aparición de la corriente
indigenista que se manifestó lo
mismo en la literatura, en la plástica, en
la música, [16]
¿no tuvieron
acaso resonancia en México?
Yo veo la obra de Chávez y
Revueltas como parte de un
movimiento que recorrió América desde principios
del siglo XX
y que guardó la natural contemporaneidad con sus
contrapartes
centro y sudamericanas. Ese movimiento se llamó, en
un
momento específico (de los años veinte al treinta),
el
nacionalismo, con toda su pluralidad de alcances, lenguajes y
resultados. Pero
una cosa es ser contemporáneo y otra tener
conciencia de esa
contemporaneidad. No sé si Chávez y
Revueltas tuvieron, respecto a
Latinoamérica, conciencia de
contemporaneidad, pero su obra pertenece a
una circunstancia
en la que sólo era posible encarar la creación
desde la doble
perspectiva de ser, a la vez, moderno y nacional.
Sólo
ajustándonos al periodo en el que Chávez escribió El
fuego
nuevo (1921) y Revueltas dejó de existir (1940), que es
el
momento de más intenso nacionalismo en México, observamos que
en todo el
continente se desarrolló un vehemente esfuerzo por |
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