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(ma sostenuto e
cantabile), cuya diatonía diáfana, coherencia de texturas melódicas y
narrativa romántica conceden un respiro al espectador nacionalista.
Pero cuando aquél, recuperada su sensación de "identidad nacional",
se ha abandonado a las sonoridades de un México sentimental,
es sacudido de nuevo por la ruptura: el tambor redobla amenazante,
las trompetas "gritan" en fortissimo un motivo construido con
base en una escala por tonos enteros que reta la amable diatonía
convencional; a este motivo se agregan a su vez los cornos y
trombones con una colección libre, seleccionada con la intención evidente
de hacer aún más áspero el motivo de las trompetas (ej. 8). [20]
[Ej. 8: cc.
205-217 ]
El remanso de tranquilidad campirana se revela como
una ensoñación engañosa cuando Revueltas se burla de la credulidad de su
público nacionalista con el golpe metálico de trompetas y trombones, y
recupera de este modo el ánimo burlón de la parodia. Del mismo modo
que los motivos "michoacanos" son la materia parodiada en la
inauguración del
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texto (primer movimiento), lo parece
ser, completo, el pastoral (segundo movimiento). Pero mientras los
motivos son ironizados al inicio por medio de la yuxtaposción
y superposición de diversos tropos, el pastoral apenas se revela como
blanco cuando su homogeneidad romántica se descubre enmarcada por
dos discursos de una afilada sátira vanguardista.
5.
Trompetillas, rebuznos y metrallas: la onomatopeya musical del gesto
callejero.
Al igual que las mentadas, los pregones u
otras exclamaciones "típicamente mexicanas" que abundan en el
texto revueltiano podrían leerse como una graciosa representación del paisaje
sonoro "real" de México, es decir, como transliteración musical de su
"folclor" verbal. Pero en Janitzio la intención de estos
gestos onomatopéyicos es claramente satírica, a juzgar por su
colocación estratégica en el texto, siempre ásperamente yuxtapuestos a
los estereotipos de lo convencional. [21] |
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