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multiplicidad simultánea de centros tonales, el uso de modos
y la disonancia. Por ejemplo, Revueltas establece centros
tonales por medio de la repetición constante: el Sol
sostenido destaca en el violonchelo desde el primer compás,
para establecer, en conjunto con la melodía del compás 2, Sol
sostenido frigio. El compositor también hace resaltar centros
tonales por medio de ostinatos disonantes, como el que
aparece en séptimas en la viola y el violonchelo y sobre el
que destaca una melodía en Si mixolidio en los compases 24-26.
Es interesante sobre todo cómo Revueltas, aunque acepta la
convención del gran acorde cadencial, fortíssimo, para marcar
el final de las secciones principales de la pieza, utiliza de
significado polivalente; es el mismo acorde cada vez, aunque
al final, en vez de ser el último acorde de la pieza, como
sería de esperarse, se convierte en el penúltimo (compases
292-297). Tal acorde aparece en los compases 28, 221-222 y
292-293, y está formado por el equivalente a cuatro segundas
mayores y una segunda menor, y puede leerse como un
poliacorde de Re aumentado con Do menor, aunque en realidad
esta terminología no es necesariamente productiva ya que la
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forma en la que el acorde enlaza las secciones es diferente
cada vez. Aún así, me referiré a él como "el poliacorde" de
ahora en adelante. En su primera aparición, el poliacorde une
la sección de la melodía en Si mixolidio sobre el ostinato en
séptimas, mediante un acorde de novena de La menor, con la
melodía en Do sostenido menor que comienza en el compás 29.
Podemos interpretar esta resolución de la siguiente manera:
el acorde de Do menor asciende cromáticamente a Do sostenido
menor; el acorde de Re aumentado desciende de manera similar
al mismo. En su segunda aparición, el acorde es precedido
inmediatamente por el ostinato Do-Sol en el violonchelo,
notas que permanecen en el poliacorde y que continúan al
principio de la sección en la que el material inicial
regresa. También el Fa sostenido del violín permanece como la
nota más aguda del poliacorde. Finalmente, el poliacorde
reaparece como el penúltimo de la pieza, modificando de
manera cromática las notas inmediatas anteriores: el Si al
Do, el Re al Mi bemol, el Re bemol al Re natural, mientras
que el Fa sostenido permanece. Entonces se transforma en el
verdadero final al ascender la mayoría de sus notas en
terceras y cuartas a un poliacorde también formado por el
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