Foro Virtual Silvestre Revueltas
   
 
 
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versión es, en todo caso, una adaptación, una composición que
no revisó por razones musicales, sino por necesidad de
alargar la partitura para su empleo en la escena. Así lo
denotan ciertas indicaciones como la libre concesión de
repetir o no ciertos compases, la ampliación temporal de
algunos fragmentos de transición y los apuntes escénicos
cuidadosamente señalados con flechas que indican el lugar
exacto de ciertos pasajes en su relación al montaje. Por lo
tanto, parecería que desde un punto de vista estrictamente
musical, El renacuajo paseador guarda en su primera versión
la concepción primigenia y original del autor. El hecho de
que nunca haya sido estrenada con títeres y de que hasta la
fecha siga gozando de una vida musical autónoma -sin
representación alguna- son un par de circunstancias que se
añaden a la causa de considerarla como la mejor entre ambas;
no quizá la mejor para la escena, pero sí la que mejor
funciona en términos musicales, la que a Revueltas mismo le
pareció buena y la que sólo modificó -insisto- por motivos de
montaje escénico. Así pues, este trabajo dirige su atención a
la versión original de 1933. [4]
Parecería que Revueltas se supo amenazado por la realización



 

de esta composición. No era el caso de otras obras suyas de
inspiración extramusical donde además de ocuparse de asuntos
trágicos, tuvo a su alcance todo el arsenal sonoro de la
orquesta. Aquí sólo hay un conjunto de cámara y el asunto
tiene humor y es para todo público. Confrontado con este
problema, el autor recurrió a una concepción bidimensional:
desde el tema inicial de su Renacuajo -populachero,
melodioso, tonal- Revueltas fue añadiendo comentarios a cargo
de los otros instrumentos, apuntes hoscos, de armonías
ásperas, que interrumpen -por así decirlo- el flujo natural
del renacuajo y su paseo. En un toque de genialidad,
Revueltas estableció desde un principio las condiciones de la
escena pues ya desde la primera yuxtaposición sonora al tema
del renacuajo sabemos que nuestro simpático protagonista será
engullido por un pato revueltiano, armado de las más
increíbles sonoridades. Sin embargo, es como si el humor del
compositor se deleitase a sí mismo, pues a cada nueva melodía
le suceden comentarios altisonantes, mutaciones y
transformaciones breves pero punzantes y a las cuales bien
puede darse el nombre de estridencias. Conforme la obra
avanza, la seguridad tonal de las melodías empleadas se ve

 
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