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noviembre de 1917, cuando compró diez centavos de papel (ver
Tabla 1). Esta posibilidad gana credibilidad por la carta de
Gazagne a Rosaura, previamente mencionada, del 28 de enero de
1946, donde recuerda a Silvestre como "un violinista de
concierto con una inclinación por la composición
[énfasis
añadido]." Intuimos la existencia de intentos compositivos a
partir de la siguiente carta de Gazagne a Rosaura el 20 de
abril de 1946, en la que lamenta una falta de éxito como
maestro de piano de su hermano, comentando que "Silvestre
tenía su propio criterio. En vez de practicar el trabajo que
le era asignado, pasaba todo su tiempo combinando notas y
descubriendo sonidos."[80] Aunque sus esfuerzos creativos
fuesen limitados, es posible que en St. Edward's
College
Revueltas hiciera su primer y, como se verá, por poco su
último intento serio de composición. Más tarde, él recordaría:
Me puedo observar ahora, de 1917 a 1920. Mi padre me
sostiene en el colegio con modestos elementos. Voy a hacer
una confesión: hasta esta época yo sueño con una música para
cuya transcripción no existen caracteres gráficos, pues los
conocidos no alcanzan a decirla, a escribirla. Sueño con
una
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música que es color, escultura y movimiento. Ya sé que eso
parece un mero juego de palabras. Pero tratando de dar forma
a mis imágenes, hice una primera composición para violín y
piano y la sometí a uno de mis profesores, quien, al leerla,
me dijo entusiasmado: "Muy interesante; es un estilo
completamente debussiano..." "¿Debussiano?", pregunté, "¿qué
quiere usted decir?" Me contestó: Pues esta música se parece
a la de Debussy", y observando mi sorpresa, me preguntó: "¿No
conoce la música de Debussy?" "Jamás he oído música de ese
compositor, e ignoro que exista algo semejante a lo que acabo
de componer."
Más tarde, al conocer de cerca la música de Debussy, me he
dado cuenta de que toda mi música mental era idéntica. [.]
Hasta 1924, viví en esta actitud. El encontrar que ya había
habido alguien que diera forma a mi mundo nuevo, me hizo
sostener una lucha tremenda que se tradujo por la inacción,
pues resolví no componer jamás, sin crear mi propio
lenguaje.[81]
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