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abril de 1917, parece que José Revueltas, decidido a buscar
un ambiente de aprendizaje estructurado para Silvestre, y
ahora también para Fermín, recurrió a su socio para pedir
consejo y no perdió tiempo en seguirlo.[47]
Aunque Silvestre y Fermín comenzaban el año escolar en St.
Edward con Guillermo entre la multitud de 115 estudiantes
inscritos ese año, ello no tardaría en cambiar.[48] La
inscripción conjunta de "Revueltas, Gutiérrez" aparece el 13
de diciembre de 1917.[49] Depósitos subsecuentes en febrero,
marzo y junio de 1918 están listados como "Hermanos
Revueltas" solamente.[50] La separación contable entre
"Revueltas" y "Gutiérrez" después de mediados de diciembre de
1917 se puede explicar mediante entradas desglosadas para
Guillermo Gutiérrez, que indican que él enfermó hacia 1917 y
probablemente se vio forzado a regresar a casa. Seguido de
una serie de gastos cada vez más frecuentes en medicina,
vacunas, cuchillas y visitas al doctor de la escuela, Dr.
Joseph Wooten (siendo la última el 19 de diciembre), los
libros de contabilidad resaltan dos telegramas que
fueron
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enviados el 23 de diciembre; a partir de entonces Guillermo
Gutiérrez desaparece sin dejar rastro.[51]
El historial académico de Silvestre y Fermín Revueltas no ha
sobrevivido, ni tampoco hay indicación oficial alguna de que
alguno se haya graduado de St. Edward al final del
ciclo
1917-1918, haciendo difícil la recuperación de mucha de la
información acerca de sus cargas académicas, evaluaciones o
incluso los grados que cursaban en aquel entonces.[52] Los
libros de contabilidad de los estudiantes registran
información muy básica para los dos: el 4 de septiembre de
1917, Silvestre tenía dieciocho años, Fermín diecisiete, y
ambos eran hijos de José Revueltas, que vivía en el No. 89 de
Mercado 4, Durango, Durango, México.[53] Los gastos listados
en los registros financieros estudiantiles son algo más
útiles. Ahí vemos que, al matricularse, Silvestre contrajo
cargos por clases de piano ($30), uso de un piano ($5), y
clases de francés ($15). El 25 de octubre de 1917, una
cantidad de $14.20 se gastó en una "bata de pintor" para
Fermín, quizá el primer atuendo de este tipo para un joven
que se convertiría en uno de los muralistas más importantes
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