que la obra revueltiana alcance su más alta meta
artística.
El primero se refiere a la manera como el
compositor
administra el material de sus obras. El segundo, obedece
al
concepto de nacionalismo utilizado por Mayer-Serra para el
estudio de
toda la música que clasifica dentro de este rubro;
entre ella, toda
la producción más significativa del México
de la primera mitad del
siglo XX. En relación con este último
punto cabe recordar aquí que
para Mayer-Serra la música
mexicana no había llegado todavía a la
cuarta y última fase
del esquema de corte spengleriano que en su
libro define el
desarrollo de los nacionalismos en cualquier región
del
mundo. En Mayer-Serra esta última fase no representa el
ocaso
de los nacionalismos sino -dentro de un patrón de pensamiento
más
fielmente Hegeliano- una síntesis en la cual las
peculiaridades de
las diversas culturas ceden su
individualidad a un ideal más
universal, y donde sólo
sobreviven aquellas características compatibles
entre varias
culturas, capaces de interactuar en el marco de un
renovado
lenguaje musical. En otro trabajo sobre la historiografía
de
principios de siglo he explicado con más detenimiento cómo
el
oído de Mayer-Serra se concentra en momentos donde una