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Nueva. Participó en el primer concierto de ésta (el 18 de diciembre de 1925), cuyo programa incluía música de Milhaud, Stravinsky, Satie, Poulenc y Chávez. [33] Entre los otros participantes estaban la soprano Lupe Medina de Ortega y el pianista Francisco Agea, a quienes había conocido durante su estancia previa en la Ciudad de México en 1924. Con ellos formó entonces un trío que el que ofrecería conciertos en la capital, Guadalajara, San Luis Potosí y Monterrey entre enero y abril de 1926. Esta gira concluyó en el Teatro Nacional de San Antonio, Tejas, el 8 de abril. Mientras Medina y Agea decidieron volver a México, Revueltas encontró trabajo en San Antonio, en donde permaneció hasta finales de este año. [34]
Durante todo este tiempo continuó pagando sus cuotas a la Federación de Músicos de Chicago, dejando abierta así la posibilidad de volver a trabajar ahí. Al final de su estancia en San Antonio, Revueltas hacía gestiones para conformar una orquesta sinfónica. De no lograr este cometido, escribía a su familia, se trasladaría a San Luis, Missouri o de vuelta a Chicago. [35]
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En mayo de 1927 Jule había iniciado trámites de divorcio. Dos testigos, su hermana
Stephenia Behan y un vecino habían dado testimonio de que Silvestre había dejado a su mujer e
hija el 11 de marzo de 1925. El divorcio le fue concedido el 10 de junio de 1927. Silvestre habría de
asumir el pago de la pensión alimenticia además de los costos del juicio. Sin embargo en los
registros de divorcio del Condado de Cook no hay datos que indiquen que los resultados del juicio,
que habían sido enviados a la calle de Madison no. 318 en San Antonio, hubieran llegado a las
manos de Silvestre.
A juzgar por el testimonio ofrecido durante el juicio de divorcio, la queja
consistía en una denuncia de abandono de hogar. Cuando se le preguntó a Jule por algún dicho o
hecho que explicara la partida de Silvestre, ella respondió simplemente: “No le gustó Chicago ni su
clima, de modo que se volvió a México, de donde era oriundo.” También se le inquirió si desde
entonces había tenido noticias de él. “Sí”, respondió, “pero sólo en relación con la niña. No se
acordaba de su cumpleaños… ni el día ni el mes; eso fue todo.” [36]
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