Foro Virtual Silvestre Revueltas
   
 
 
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Vistos estos datos, cabe la posibilidad de que la grabación
de El renacuajo se hubiera empleado para acompañar la
producción escénica de 1933; pero si la compañía Rin - Rin
hubiera conservado un disco de esta música para usarlo en sus
representaciones, sería muy extraño que Lago no lo hubiera
mencionado, incluso con orgullo, entre las exhaustivas
referencias de su libro, las cuales incluyen una fonografia
de la música usada en todas sus producciones. [12] Entonces,
era mucho más raro que ahora tener un disco de música para
una puesta en escena, y ya vemos cuán especial era tener un
disco de aquéllos, con los primeros registros de cualquier
obra revueltiana; de hecho, no hubo grabaciones comerciales
de El renacuajo paseador hasta 1980 -las cuatro que hoy
existen son de la versión de 1933-; en cambio, el libreto de
Lago pide, en cierto momento, que se baile una galopa con la
música de un disco; una galopa que, desde luego, no procede
de la partitura revueltiana. En consecuencia, a la vista de
todo lo analizado, podemos casi ratificar que la pantomima de
Lola Cueto y Roberto Lago nunca se representó con la música
de Silvestre Revueltas durante toda la vida profesional de la
compañía Rin-Rin, como lo ha afirmado Mireya Cueto.



 

Ahora bien, el que la música no hubiera funcionado para los
usos escénicos que la habían inspirado no debía constituir un
motivo de desaliento para Revueltas, quien muy seguramente
apreciaba esta composición suya de manera especial. Más allá
del frustrado uso escénico, el compositor consideró a su obra
digna de sonar como una pieza independiente en las salas de
concierto. La primera prueba de ello puede observarse en el
viaje del compositor a España. En el Madrid bombardeado por
los franquistas, el 17 de septiembre de 1937, en la sede de
la Sociedad Española de Amigos de México, el compositor
dirigió una orquesta de cámara, integrada por profesores de
la Unión General de Trabajadores de España; el programa de
esa sesión incluyó Homenaje a Federico García Lorca, México
en España
, El renacuajo paseador y Colorines. La sede, como
lo dijera el propio compositor, llena "de soldados del pueblo
y gentes del pueblo. Eran delirantes". [13] Las
presentaciones madrileñas de Revueltas inspiraron una crónica
muy elogiosa de Rafael Alberti; en ella, por cierto, el poeta
observó las cualidades peculiares del músico para ilustrar lo
escénico y, muy en especial, lo humorístico en escena. [14]

 
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