En lo que él se la quita de encima, suena la campana que
clausura la hora de visita. El jardín se va despoblando.
HORTENSIA se topa con SILVESTRE y le regala una estampita:
-Es Santa Rita de Casia, patrona de imposibles.
-Así pues, todavía tengo esperanza.
Finalmente, el personaje sale del Sanatorio y en ese momento
la línea onírica y la línea de la cotidianidad se funden; al
no encontrar a nadie que lo espere para llegar a casa,
Silvestre camina por las calles de la ciudad hasta llegar al
edificio de departamentos y se encuentra frente a la puerta
cerrada. Es interesante ver cómo los autores manejan el icono
puerta cerrada o abierta, que si en la primera escena
corresponde a la puerta abierta, aunque desolada de la casa
familiar, en esta ocasión, y como última propuesta, lo que
Revueltas encuentra es una puerta cerrada a la cual desiste
de llamar mientras sigue tarareando alguna melodía que tal