Foro Virtual Silvestre Revueltas
   
 
 
  impresión   inicio  
 



En lo que él se la quita de encima, suena la campana que
clausura la hora de visita. El jardín se va despoblando.

HORTENSIA se topa con SILVESTRE y le regala una estampita:

-Es Santa Rita de Casia, patrona de imposibles.

-Así pues, todavía tengo esperanza.

Finalmente, el personaje sale del Sanatorio y en ese momento
la línea onírica y la línea de la cotidianidad se funden; al
no encontrar a nadie que lo espere para llegar a casa,
Silvestre camina por las calles de la ciudad hasta llegar al
edificio de departamentos y se encuentra frente a la puerta
cerrada. Es interesante ver cómo los autores manejan el icono
puerta cerrada o abierta, que si en la primera escena
corresponde a la puerta abierta, aunque desolada de la casa
familiar, en esta ocasión, y como última propuesta, lo que
Revueltas encuentra es una puerta cerrada a la cual desiste
de llamar mientras sigue tarareando alguna melodía que tal



 

vez sólo él escucha. Se acurruca en un rincón a la intemperie
y oímos su voz que dice:

"Diez años. Diez años más para hacer lo que me falta".

Se duerme, exhausto. Una sonrisa asoma a su rostro cuando
empieza a escucharse un fragmento de Sensemayá.

El día empieza a rayar en el horizonte citadino. La música
prosigue sobre los créditos finales. En el caso del Silencio
de las sirenas
, la autora, de entrada, juega con nosotros y
rompe el preconstruido "canto" de las sirenas por "silencio".
La obra está construida como pieza trágica en un acto
subdividido en una serie de cantos. La línea narrativa se
construye, otra vez, en el momento de la muerte, en el que
Silvestre o el creador está sumido en un delirio agónico, y
el deslinde entre la realidad y el sueño no se establece.

El personaje sostiene una lucha contra la muerte, no tanto
por el deseo de vivir en sí, sino por lo que la vida puede
darle como posibilidad de la realización de su obra. La lucha

 
Documento sin título
  Página  
Ir
        7.5